lunes, 26 de octubre de 2009

Vacío existencial


Dieta vegetariana y salud ósea



Este tipo de alimentación se asocia a una menor densidad mineral de los huesos, pero no es motivo de preocupación clínica
La asociación entre las dietas vegetarianas y la densidad mineral ósea es un asunto controvertido. El debate se centra en la posibilidad de que este tipo de alimentación provoque una menor masa ósea, como afirman algunos estudios, frente a otras investigaciones que no han encontrado relevancia estadística en esta relación. El tema preocupa porque la densidad mineral ósea es el predictor más fuerte y consistente de las fracturas asociadas a la osteoporosis.

En los países occidentales, una proporción considerable de la población ha adoptado una dieta vegetariana, que no incluye alimentos reconocidos en la alimentación tradicional como los mejores para la formación y el crecimiento de los huesos. La cantidad y calidad de los nutrientes ingeridos (calcio, fósforo, magnesio, vitamina D, A, K) y el consumo de otros elementos dietéticos que favorecen o entorpecen la absorción de los minerales que nutren el hueso, tienen una impronta relevante en la salud ósea. Estos factores se suman a la predisposición genética de cada individuo para desarrollar trastornos óseos.
La última revisión sobre la posible asociación entre dieta y densidad mineral de los huesos, un tema controvertido, es un meta-análisis dirigido por el Bone and Mineral Research Program Garvan Institute of Medical Research, recogido este mes de octubre en el "American Journal of Clinical Nutrition".


Diferencias entre dietas vegetarianas

Uno de los criterios de esta revisión era clarificar los distintos conceptos de dieta vegetariana, puesto que podía haber diferencias interesantes entre el consumo de los nutrientes que sirven al hueso según el tipo de alimentación. Se realizaron estudios que analizaron la densidad ósea a partir de cuatro tipos de dietas vegetarianas: semivegetariana, que excluye sólo el consumo de carne como alimento animal; lacto-ovo-vegetariana, que descarta además el pescado, pero contempla la leche y los huevos; lacto-vegetariana, que sólo admite la leche y los lácteos como fuente proteica animal; y la dieta vegana, que prescinde de todos los alimentos de origen animal.
En el análisis se tuvieron en cuenta nueve estudios, con una muestra total de 869 mujeres y 1.880 varones. Los resultados más relevantes desvelaron que las personas vegetarianas tenían un 4% menos de densidad mineral ósea (en el cuello del fémur y en la columna lumbar) que las omnívoras. Este parámetro fue inferior en las veganas, con un 6% menos de espesor de hueso.


El papel de los nutrientes

El calcio. Se admite que los vegetarianos pueden tener una mayor ingesta global de calcio, pero el porcentaje absorbible respecto al total consumido se estima menor. Este mineral es relevante para la salud, la formación, el crecimiento y el mantenimiento de los huesos. Son varios los estudios que han encontrado asociación directa entre el consumo de calcio dietético, la densidad ósea y la reducción del riesgo de fractura. Sin embargo, el mayor meta-análisis, con 33 estudios sobre el tema, revela que la contribución del calcio dietético a la densidad ósea es modesta.
Los autores sugieren que las diferencias en la ingesta de este mineral o las fuentes de consumo animal (leche y derivados, sardinas) o vegetal (frutos secos, semillas, leguminosas) no tienen un efecto significativo sobre la variación observada en la densidad ósea. Si se atiende a estos datos, es poco probable que la menor solidez de los vegetarianos en este análisis se deba a las diferencias en la ingesta de calcio dietético.
El papel de las proteínas. La relación entre la ingesta de proteínas y la salud ósea ha sido muy discutida. La hipótesis más firme defiende que una dieta alta en proteínas de origen animal ejerce un efecto negativo sobre la salud ósea, ya que genera una carga ácida que requiere la resorción de calcio del hueso para equilibrar la homeostasis. Esta pérdida mineral se asocia con un mayor riesgo de fragilidad y de fractura. En las dietas vegetarianas, debido al menor consumo de proteína animal, éstas no se contemplarían como un nutriente negativo.
Algunos autores indican que las proteínas y el calcio actúan con sinergia en la función ósea si ambos elementos se ingieren en cantidades suficientes en la dieta. Sin embargo, las proteínas pueden ejercer efectos negativos sobre la densidad ósea cuando la ingesta de calcio es baja.
Las dietas vegetarianas, en particular las veganas, se asocian a una menor densidad mineral ósea, pero no a un nivel que se traduzca en una preocupación clínica. La densidad del hueso es un fenómeno fisiológico complejo influido por múltiples factores ambientales y genéticos. Esto explica que cualquier modificación exclusiva de la dieta no es suficiente para mejorar la salud ósea.


ISOFLAVONAS Y HUESO

Una particularidad diferencial de las dietas vegetarianas respecto a las occidentales es que las primeras contienen más fitoestrógenos. El Committee on Toxicity of Chemicals in Food, Consumer Products and the Environment (COT) del Reino Unido estima la ingesta media de isoflavonas en los veganos en 75 miligramos al día. Esta cifra supera con creces los 12 miligramos diarios de los vegetarianos no estrictos, y todavía más la media de los consumidores occidentales (2 mg/día).
Se ha sugerido que las isoflavonas pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea después de la menopausia, aunque la asociación no está clara. El Departamento de Estadística Médica y Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sun Yat-sen, en Guangzhou (China), realizó un meta-análisis de ensayos controlados aleatorizados sobre el uso a largo plazo de suplementos de isoflavonas de la soja en la densidad ósea entre mujeres tras la menopausia.
Se repasaron diez estudios realizados entre 1990 y 2008, con una muestra total de 896 mujeres que tomaron el complemento con una dosis media de 87 mg de isoflavonas de soja durante al menos un año. La conclusión fue clara: es poco probable que el consumo de estos complementos tenga un efecto positivo significativo en la densidad mineral de la columna lumbar y la cadera en las mujeres.


Fuente: "Consumer Eroski"

viernes, 23 de octubre de 2009

Nueva promesa en la batalla antiobesidad

- Nueva promesa en la batalla antiobesidad
- Un estudio muestra la eficacia de un fármaco para combatir el exceso de kilos
- El 76% de los individuos tratados con liraglutida 3 mg perdió más de un 5% de peso
- Los investigadores reconocen que son necesarios estudios clínicos a largo plazo


MADRID.- A la lista de fármacos antiobesidad no paran de unirse posibles candidatos. El último es la liraglutida, un medicamento inicialmente desarrollado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, que ha demostrado una capacidad para producir pérdidas de peso en personas obesas. Según los resultados de un estudio preliminar, el fármaco podría ser más efectivo -en su dosis más alta- que el ya comercializado orlistat.
La investigación, que aparece esta semana en la edición on line de 'The Lancet' y ha sido patrocinada por la compañía fabricante del producto -Novo Nordisk-, comparó los resultados del fármaco (en dosis inyectables de 1.2 mg, 1,8 mg, 2,4 mg y 3 mg) con los de un placebo y el citado medicamento antiobesidad oral en una muestra de 564 personas no diabéticas procedentes de 19 puntos de Europa. Además de la terapia farmacológica, todos los participantes siguieron una baja dieta en calorías y un programa de ejercicios durante las 20 semanas que duró el análisis.
Los resultados fueron alentadores para la liraglutida, ya que los pacientes en tratamiento con este fármaco -sobre todo a altas dosis- consiguieron mayores pérdidas de peso que el resto. Estos enfermos consiguieron reducir entre 4,8 y 7,2 kilos (el rango dependía de la cantidad de producto ingerida), mientras que quienes siguieron la terapia con orlistat perdieron 4,1 kilos. Por su parte, los participantes que recibieron placebo redujeron su peso en 2,8 kilos.
En su trabajo, los investigadores, destacan la efectividad de la dosis más alta del medicamento. "El 76% de los individuos tratados con liraglutida 3 mg perdió más de un 5% de peso, y casi el 30% logró reducciones del 10% después de las 20 semanas de tratamiento", recuerdan los autores, dirigidos por Arne Astrup, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Para Felipe Casanueva, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y catedrático de endocrinología de la Universidad de Santiago de Compostela, "esta reducción de peso es tremenda. Si un paciente pierde el 5% de su peso se reduce drásticamente su riesgo cardiovascular. Nuestro objetivo no es que el paciente consiga tener los mismos kilos que cuando era joven sino perder la cantidad necesaria para disminuir ese riesgo".
Sin armas médicas para combatirla
Según este especialista, la aparición en el mercado de un nuevo fármaco antiobesidad será muy bien acogida. "Tenemos en todo el mundo una pandemia de obesidad y habrá, posteriormente, otra de diabetes tipo II. Necesitamos urgentemente más fármacos y que las instituciones públicas fomenten el desarrollo de nuevos productos. En España, el sistema sanitario no ha financiado ningún medicamento para disminuir peso y eso se traduce en una concepción de que la obesidad no es una enfermedad, y esto no es así. Además, conlleva el aumento del riesgo de desarrollar múltiples patologías".
En este estudio, se observó además que los beneficios antiobesidad del fármaco también se acompañaron de reducciones en la tensión arterial, la circunferencia abdominal y la frecuencia de problemas como la prediabetes.
Sin embargo, los efectos secundarios fueron mucho más comunes entre los pacientes en tratamiento con liraglutida. Las náuseas y los vómitos fueron los problemas más frecuentes, aunque en la mayoría de los casos, se presentaron de forma transitoria.
"Estos efectos son esperados, comunes con otros fármacos y muy rara vez conducen al abandono del tratamiento. Además, lo que se ha observado en otros medicamentos similares es que estos efectos se dan en las primeras etapas de la terapia y gradualmente van desapareciendo", afirma Felipe Casanueva.
Aunque contentos por los resultados de su trabajo, los investigadores reconocen que son necesarios estudios clínicos a largo plazo que analicen a fondo los efectos de la liraglutida sobre el peso, los factores de riesgo cardiovascular, además de su posible papel en la prevención de la diabetes.
En la misma línea se muestra George A. Bray, del Centro de Investigación Biomédica de Pennington (Louisiana, Estados Unidos), quien también en la revista 'The Lancet' apunta a las posibles complicaciones de un fármaco que exige una inyección para su correcta administración.
En su comentario, Bray señala que en el estudio dirigido por Astrup se reseña una efectividad de orlistat significativamente menor que la aportada por otros trabajos, por lo que este punto también debería abordarse a fondo en nuevos trabajos.Un estudio muestra la eficacia de un fármaco para combatir el exceso de kilos
El 76% de los individuos tratados con liraglutida 3 mg perdió más de un 5% de peso
Los investigadores reconocen que son necesarios estudios clínicos a largo plazo.
Fuente. el mundo.es

viernes, 9 de octubre de 2009

Regla de oro para limpiar los oídos

Limpieza natural. El conducto auditivo cuenta con un sistema natural de limpieza que procura que el cerumen vaya saliendo hacia fuera y se caiga.


La manera más adecuada de limpiar los oídos es no limpiarlos. La obsesión por mantener pulcro cada milímetro de nuestro cuerpo nos arrastra a cometer ciertos abusos que pueden resultar contraproducentes para la salud, en este caso, del oído.



1. No se deben limpiar los oídos

Mucha gente desconoce que el simple hecho limpiar incorrectamente el oído puede afectar de manera negativa provocando desde un simple aunque incómodo taponamiento, hasta infecciones, perforaciones y otro tipo de lesiones. La mejor manera de limpiar el oído es dejar que desarrolle su proceso natural de limpieza. El conducto auditivo cuenta con un sistema natural de limpieza que procura que el cerumen vaya saliendo hacia fuera y se caiga. Por supuesto, los otorrinolaringólogos desaconsejan el uso de bastoncillos o las irrigaciones de agua o aceite de manera casera, y animan a que se opte por acudir a los profesionales para extraer los tapones que se formen. Los taponamientos de oído son más comunes en verano porque la cera acumulada en el oído absorbe agua y se hincha provocando la formación de un tapón. La pérdida repentina de audición es uno de los síntomas más claros para reconocer que se tiene un tapón en el oído. Aparece de un día y es una pérdida drástica pero se recupera tras la extracción del tapón.


2. Así funciona su sistema de autolimpieza

El canal auditivo que comunica el exterior con el tímpano está formado por folículos pilosos y glándulas productoras de aceite ceroso denominado cerumen. La cera actúa como protección natural del oído, atrapa el polvo, los microorganismos y las partículas extrañas y evita que penetren en él y lo lesionen. Además de por su función protectora, la cera no debemos retirarla porque el propio sistema de limpieza del oído la empuja hacia la abertura y luego cae o se retira lavándose. En algunas personas las glándulas producen más cera de la que puede eliminarse fácilmente y esta cera adicional puede endurecerse en el canal auditivo y llagar a obstruirlo. Aunque, los profesionales reconocen que es más común que el canal se obstruya cuando se intenta limpiar el oído con bastoncillos de algodón, por ejemplo, ya que se impacta la cera y se empujar a un nivel más profundo del canal, ocasionando bloqueo. La Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEOL) afirma que "las personas que utilizan bastoncillos con más frecuencia son aquellas que tienen que acudir a su otorrinolaringólogo más a menudo para solucionar el problema de tapones". Los especialistas insisten en el riesgo que supone para el oído emplear de manera casera preparados con gotas o realizar lavados del conducto con suero u otra sustancia sin consultar al otorrino ya que en el caso de que la persona tenga lesiones en la zona que desconozcan y se pueden producir daños mayores. Para limpiarse el oído basta con mojarse el oído en la ducha y limpiar la zona más externa del pabellón auricular con una gasa o toalla fina.


3. Consejos para personas con tendencia a la formación de tapones

La cantidad y la calidad de la cera en el oído es muy variable entre unos y otras personas. En muchos casos existe una propensión genética a tenerlos. En tales casos, el consejo principal es que acudan al especialista para descartar que exista una lesión. Antes de proceder a sacar el tapón, el otorrinolaringólogo suele realizar un examen que incluye una otoscopia. Con esta exploración se visualiza el conducto auditivo externo, el tímpano y el oído medio. Existen dos tipos de tapones: los de cera, que son los más comunes y están causados por una acumulación excesiva de cera; y los epidérmicos, menos frecuentes, y producidos por una descamación de la piel dentro del conducto. Una vez descartadas cualquier tipo de lesiones, se aplican distintos procedimiento: - Irrigación. Consiste en la introducción de agua templada en el oído para reblandecer la cera y que salga hacia fuera. Actualmente existen en el mercado productos para poder realizar este procedimiento en casa pero los profesionales advierte del peligro de hacerlo uno mismo por lesión que pueden provocar debido a la presión o de infecciones en el caso de que el tímpano esté perforado y la persona lo ignore. - Cirugía instrumental. Siempre deben realizarla otorrinolaringólogos. Se trata de llevar un control microscópico y de la limpieza del oído con los instrumentos adecuados. Los individuos con tendencia a la formación de tapones suelen acudir una vez al año al otorrino pero existen casos de recurrencia en la que las citas deben ser más frecuentes, aproximadamente de 2 a 3 veces anuales.

martes, 6 de octubre de 2009

La leche materna debe darse en una hora similar a la que fue extraída

Las mujeres que guardan la leche materna para dársela después a su bebé deben tener en cuenta en qué momento del día la han extraído. Según un grupo de investigadores españoles, la composición de este alimento natural varía a lo largo de las 24 horas del día y también lo hace el efecto que puede tener en el niño: despertarlo o relajarlo.
"Al igual que no darías a nadie un café por la noche, con la leche pasa lo mismo. Tiene componentes que son propios del día y promueven la actividad del lactante y otros propios de la noche que facilitan su reposo", señala Cristina Sánchez, una de las autoras del estudio publicado en 'Nutritional Neuroscience'.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de la Universidad de Extremadura, con la financiación de Laboratorios Ordesa (dedicados a la leche infantil), ha analizado la presencia en la leche materna de tres nucleótidos (adenosina, guanosina y uridina) que "excitan o relajan el sistema nervioso central, promoviendo el reposo o el sueño". Durante un periodo de 24 horas, los expertos recogieron entre seis y ocho muestras diarias de leche materna de 30 mujeres residentes en Extremadura.
"Observamos que a lo largo del día los niveles de su composición cambiaban en la población estudiada", afirman los autores en su estudio. La máxima concentración de nucleótidos se daba por la noche y la mínima por la mañana. De ahí que 'dar el pecho' al comienzo del día pueda tener un efecto más estimulante y darlo al final de la jornada puede relajar al recién nacido.
"En base a esto diseñamos productos lácteos para bebés para el día y la noche, aunque aún son necesarias más investigaciones para acercarnos a las características tan perfectas del producto natural", apostilla la autora principal, Carmen Barriga, catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura.
Aunque muchas madres, por cuestiones de trabajo, extraen el alimento del bebé a una hora del día, lo almacenan y después se lo dan, los expertos, apoyándose en sus resultados, aprovechan para insistir en que es recomendable administrar la leche a la misma hora en la que se extrae.
No hay evidencias suficientes
Para confirmar esta recomendación serían necesarios más estudios. En primer lugar, porque, "tal y como explican investigaciones previas, los nucleótidos son sólo uno de tantos mediadores que intervienen en el ciclo de sueño-vigilia. Ninguno de estos mediadores son indispensables por sí mismos para que los estados de sueño-vigilia se lleven a cabo", expone Beatriz Flores Antón, neonatóloga y consultora certificada en lactancia del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
No hay que olvidar que, según la Organización Mundial de la Salud, la leche materna cubre todas las necesidades fisiológicas del pequeño durante los primeros meses de vida. No sólo le protege a él de numerosas enfermedades como la diarrea y la neumonía, las dos causas principales de mortalidad infantil en el mundo, también reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en fases posteriores.
"Es importante que el bebé pueda servirse de los beneficios que le aporta la leche materna, que es única e insustituible. Su composición varía para adaptarse a las necesidades específicas del bebé que la toma. De hecho, muchos científicos siguen investigando para descubrir las claves con las que crear un sucedáneo lo más parecido posible", añade la especialista. "Incluso refrigerada, este alimento natural conserva la mayoría de sus propiedades".
En la misma línea opina Enriqueta Román, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). "Si la madre no puede dar todas las tomas a su bebé, antes que sustituirlas por otra fórmula, siempre será mejor y tendrá más beneficios dejarle preparada la leche materna".

lunes, 5 de octubre de 2009

Blackburn, Creider y Szostak, Nobel de Medicina por su trabajo con los cromosomas

Elizabeth Blackburn, profesora de Bioquíma y Biofísica de la Univerisdad de California, premio Nobel de Medicina junto con Carol W. Greider y Jack Szostak.


Tres científicos afincados en EE UU, la bióloga australiana Elizabeth H. Blackburn, la bióloga molecular estadounidense Carol Creider y el biólogo y genetista Jack W. Szostak, son los ganadores del Premio Nobel de Medicina 2008 por sus investigaciones sobre el envejecimiento de las células y su relación con el cáncer, según informó este lunes el Instituto Karolinska de Estocolmo.
Según destacó dicho Instituto, los tres científicos fueron galardonados por descubrir cómo los cromosomas están protegidos por los telómeros y la enzima telomerasa.


Los telómeros y su papel

Los tres especialistas en biología molecular y genética descubrieron que los telómeros y una enzima, la telomerasa, desempeñan un papel crucial en la división y el envejecimiento de las células. En cada división celular, los telómeros, las partes más externas de un cromosoma, forman un anillo protector que se va haciendo más pequeño a medida que progresa la mitosis.

Este anillo va perdido progresivamente grosor hasta el punto de que ya no puede proteger la célula y ésta deja de dividirse o se muere. Ahí es donde entra en juego la enzima telomerasa, pues contribuye a evitar que los telómeros vayan perdiendo tamaño, lo que la convierte en una especie de fuente de juventud de las células. Este proceso tiene efectos positivos para las células "buenas" pero negativos para las "malas". Al evitar la muerte de las células, inclusive de las cancerígenas, se puede decir que fomenta el crecimiento de los tumores. "Los descubrimientos de Blackburn, Greider y Szostak han añadido una nueva dimensión para la comprensión de la célula, han arrojado luz sobre los mecanismos de enfermedades y han estimulado el desarrollo de potenciales nuevas terapias", destacó el Instituto Karolinska.



Los premiados

Blackburn, nacida en 1948 en Tasmania y con doble nacionalidad estadounidense-australiana, estudió en la Universidad de Melbourne, de ahí pasó a la de Cambridge y finalmente se doctoró en la de Yale. Desde 1990 ejerce como profesora de biología y fisiología en la Universidad de San Francisco, en California.

Su colega Greider nació en 1961 en San Diego, estudió en la Universidad californiana de Santa Bárbara y en Berkeley y se doctoró en 1987, dirigida por Blackburn. Actualmente ejerce como profesora de biología molecular y genética en la Universidad de Baltimore.

Szostak, finalmente, nació en 1952 en Londres y se formó entre Estados Unidos y Canadá, hasta doctorarse en la Cornell University de Nueva York. Ejerce como profesor de genética en el Hospital General de Massachusetts, actividad que compagina con su labor científica en el Howard Hughes Medical Institute.


Los anteriores galardonados
El año pasado los ganadores de este galardón fueron el alemán Harald zur Hausen y los franceses Francoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier por sus investigaciones sobre el cáncer.En 2007, los premiados fueron los genetistas Mario Capecchi, Oliver Smithies y Martin J. Evans por sus descubrimientos relacionados con las células madres embrionarias y la recombinación del ADN en mamíferos.


El resto de los Nobel
El de medicina es tradicionalmente el primero de los Nobel que se conceden cada año. Está dotado con diez millones de coronas suecas (980.000 euros o 1,4 millones de dólares) y, como el resto de galardones Nobel, se entrega el 10 de diciembre en Estocolmo (excepto el de la Paz que se da en Oslo), aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.
A lo largo de esta semana se irán anunciado el resto de premios: mañana martes se fallará el de Física, un día después el de Química, el jueves el de Literatura, el viernes el de la Paz y, por último, el próximo lunes el de Economía.
Estos premios por logros en ciencias, literatura y paz se concedieron por primera vez en 1901 de acuerdo con la voluntad del inventor de la dinamita y empresario Alfred Nobel.


Fuente "20 minutos"

Sustancias antinutritivas en los alimentos


La absorción correcta de nutrientes como el calcio o el hierro depende del modo en el que se cocinen y mezclen los alimentos


Algunos alimentos contienen sustancias que afectan a la capacidad de asimilación de determinados nutrientes. Éste es el caso de las saponinas de las legumbres, los taninos del té, el ácido oxálico (abundante en algunas verduras y hortalizas) o la avidina, un tipo de proteína del huevo. Estas sustancias antinutritivas desempeñan una función particular en el alimento. En su mayoría, lo protegen frente al crecimiento de bacterias, pero no son beneficiosas para el organismo. Un cocinado adecuado elimina o inactiva el efecto antinutritivo de estos compuestos y garantiza la absorción de nutrientes como el hierro, el calcio, las proteínas o la vitamina B1.
Verduras, mejor sin bechamel
La combinación de espinacas o acelgas con bechamel dificulta el aprovechamiento nutritivo de estos alimentos. Son verduras con un contenido rico en oxalatos, por lo que al mezclarse con el calcio de la leche empleada para elaborar la bechamel, forman sales insolubles de oxalato cálcico y limitan la absorción de este mineral.
Lo mismo ocurre al mezclar batido de leche o yogur con fresas, puesto que también son frutas ricas en oxalatos, y si se combinan estos lácteos con albaricoques, cerezas, ciruelas o kiwi. No obstante, la mayor cantidad de ácido oxálico en el organismo procede de la formación endógena tras la degradación del ácido ascórbico de alimentos como las frutas. Estas combinaciones alimentarias antinutritivas resultan anecdóticas si se sigue una dieta variada, en la que no predominen estas recetas, y se consideran otras fuentes dietéticas de calcio.
Pero este mineral tiene otros enemigos. Los fitatos, unas sustancias que se encuentran en el salvado de trigo y en la cáscara de los cereales, también impiden su óptima absorción. Por este motivo, una dieta con exceso de fibra puede ser perjudicial. Este efecto se da, en general, si se sigue una dieta vegetariana y sólo se ingieren cereales y derivados integrales (arroz, pasta, pan, galletas o cereales).
Las verduras de la familia de las coles -coliflor, coles, coles de Bruselas, brócoli-, nabos, mandioca y soja, contienen también antinutrientes. Son compuestos que fijan el yodo de los alimentos e impiden su absorción orgánica. Estas sustancias, denominadas bociógenas porque su acción induce al bocio, se inactivan mediante el calor. Su acción negativa se evita al cocinar las hortalizas.
Las verduras de la familia de las coles -coliflor, coles, coles de Bruselas, brócoli-, nabos, mandioca y soja, contienen también antinutrientes. Son compuestos que fijan el yodo de los alimentos e impiden su absorción orgánica. Estas sustancias, denominadas bociógenas porque su acción induce al bocio, se inactivan mediante el calor. Su acción negativa se evita al cocinar las hortalizas.

Hierro y taninos, relación incompatible
Por su naturaleza, los vegetales contienen taninos. Estos compuestos tienen la capacidad de alterar la absorción del hierro y de las proteínas. Su presencia es notable en alimentos como el té, el café, las espinacas, las uvas pasas y algunas frutas como la granada (más abundante en la corteza blanquecina que se desecha entre grano y grano), los caquis, el membrillo o la manzana. Confieren el sabor amargo de estos productos; más intenso en el café negro o en el té reposado.
Si se toman suplementos de hierro para superar una anemia ferropénica, conviene ser cuidadoso en el consumo de estos alimentos. No obstante, diversas estrategias dietéticas aumentan la absorción del hierro de los vegetales o los medicamentos. Una opción es mezclarlos con zumo de naranja o kiwi, con mayor contenido de vitamina C.
Como contrapartida, los taninos se investigan en estos últimos tiempos debido a sus beneficiosas propiedades astringentes y antiinflamatorias. Se ha comprobado que son capaces de desinflamar la mucosa del tracto intestinal y resultan eficaces en el tratamiento de la diarrea. Estas acciones se completan con una demostrada propiedad antioxidante, un aspecto positivo en la prevención de enfermedades degenerativas y vasculares.
Otro de los productos habituales en la cocina, el huevo, contiene una antivitamina, la avidina, que se une a las moléculas de biotina (vitamina B8) e impide su absorción. El calor inactiva la avidina, por lo que el huevo cocinado (en tortilla, revuelto, frito o cocido) carece de este efecto.

EFECTO ANTINUTRITIVO DE LOS MEDICAMENTOS
Uno de los resultados secundarios de la toma de medicamentos es su interacción con algunos nutrientes. Los anticonceptivos merman la utilización orgánica del ácido fólico y la vitamina B12. Antibióticos como las tetraciclinas se unen a los minerales, el calcio, el hierro y el magnesio. Por ello, no se han de tomar estos fármacos con leche u otros productos lácteos. Esta combinación reduce la eficacia del efecto antibiótico y la absorción de estos nutrientes. También el uso continuo de laxantes puede alterar el estado nutricional de vitaminas liposolubles.
El alcohol es otra sustancia que impide la absorción de determinadas vitaminas. Así se constata al analizar el estado nutricional de personas con problemas de dependencia. Su abuso desajusta el estado nutricional de vitaminas del grupo B, como la B1 y B6, y de las vitaminas liposolubles A y D. La deficiencia mantenida se asocia con trastornos neurológicos y con la dificultad de la vista para adaptarse a la oscuridad.
Fuente: "Consumer Eroski"